Estaba muerto, tirado en el suelo. Parecía en un sueño, en una tormenta de paz. Pero la calma viene siempre detrás del fuego. Ardía aquel pasado, un perro solamente velaba su sueño sin preocuparse de que fuera eterno.
Mi padre, el cadáver era el de mi padre y un perro sucio y aniquilado lo protegía. Desde ese día sangro más que antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario