martes, 23 de diciembre de 2014

Ella buscaba


    Ella buscaba lo que nadie sabía, un poco, tan solo un poco. Dibujados con sangre sus brazos. Su sangre. Se reía como una loca a la que solo le iluminaba el rostro un descarado. Mientras eso pasaba, yo me consumía en pensamientos.
    Se largaba a reír y yo no entendía nada ¿Lo seguiría queriendo? Le dije que le daba mi piel, pero no sé qué habrá hecho con ella. Me tomé dos o tres cervezas en el bar, quería olvidarme de todo, pero la recordaba, me moría de amor. Por las noches la recuerdo, me siento a su lado y a veces me entran ganas de llorar. Tengo al menos unas cinco fotos suyas. En una la veo como a un misterio, en otra como a una flor; en la siguiente, los dos posamos felices. No voy a hablar de las demás.
    Sí, lo admito: tengo miedo de que se vaya. Es volátil, es como un haz de luz... lo sé, algún día se irá. No sé qué voy a hacer si eso pasa, si se va.
    Alrededor de ella da vueltas un zángano, un insecto obeso y pendenciero. El otro día soñé que nos enfrentábamos a un duelo:
    Los dos parados, uno de cada lado de la calle. La luna, calma, me decía "Estoy de tu lado". Pasamos muchos momentos juntos, la luna era mi amiga. Mi padrino para el duelo era un oso que conocí en un bar, siempre se conocen personas interesantes en los bares. El de él era una bolsa de basura, nadie lo quería. Me preguntaba si ella lo querrá... "Disparen", dijo la bolsa. Y disparamos. Le dí en medio del pecho, y él me atinó a la cabeza. Caímos rendidos al suelo y nos sangraba mucho, perdimos mucha sangre. Comencé a ver borroso. Me levanté y lo ví moribundo. Le tendí la mano, pero cuando estiró la suya, lo escupí. No me sentía orgulloso de aquello."
    Siempre fuí muy sensible, me cuesta pensar cuando me sucede algo malo. Es por eso que fracaso, lo sé. Algunas veces me gustaría ser un poco más audaz en ciertas situaciones, pero no sé qué puedo hacer, siempre me agarra algo en el estómago cuando me siento zaherido y no hay mucho que pueda hacer, mucho menos si tengo que pensar. A veces me gustaría no pensar tanto y solo vivir, pero sé que si hago eso estropearía muchas cosas que valoro y no, no me serviría.
    Aunque a veces siento... siento un impulso asesino. Hay rostros que ciertemente me resultan insoportables. A la cloaca la odio, no sé cómo expresar el asco que le tengo. Es una mezcla de... dejémoslo, la cloaca no vale la pena en todo esto, pues puedo conseguirme un lugar en donde vivir si quisiera, incluso soportaría la calle si eso quisiera. Pero sé que no me conviene, que se está mejor en el infierno que a la intemperie. Afuera no tendría en donde lavarme las manos, no tendría calefacción y no podría usar la radio, uno de mis escapes.
    Oh, los sonidos... qué maravillosos que son.
    Pero estábamos hablando de ella. Y no sé por qué demonios me desvío del tema, será porque la amo tanto que siento que somos un mismo ser. Pero eso lo siento yo, no ella. Pues, si los dos lográramos ser uno solo, entonces todo sería diferente. Pero ella no quiere, ella busca, sigue buscando algo que yo no sé qué será, que tal vez no pueda darle.
    Siento tanto amor por ella, y siento un odio tan grande y justificado por los demás... que me siento enfermo. Sé que hay algo que no funciona bien en mí, que hay algo que no es normal. Porque desde que nací que me siento lejos de todo, pero es complicado, pues todo anda alrededor mío con sus inconvenientes. Me gustaría estar rodeado de nada, así como dicen que es la muerte, solo que no quiero morir. Quiero estar con ella, quiero encerrarme en un cuarto con ella y no salir por nada del mundo, me gustaría tener un teléfono con el que haríamos los pedidos de las cosas que necesitamos y no tener que movernos de allí. Los dos juntos, como en un sueño maravilloso. No quiero volver a ver a nadie más, a ninguna de las personas que conocí antes que a ella, tampoco más tarde, quiero que solo estemos los dos en el mundo. Tal vez así ella pensaría solo en mí, en nadie más que en mí. Yo solo pienso en ella, pero los malditos andan por ahí, los veo y los escucho. Y ella a veces cae en las redes y no sé qué decirle ¿Por qué serán así las cosas?
    Si ella busca un mundo sin dolor, entonces yo dibujaría todos los muros, borraría los mensajes obsenos, excepto los que la hagan reír, y dibujaría jardines de flores por las calles para que no vea ningún color triste y feo. Me duele cuando me dice cosas que me hacen pensar extraño, porque sé que está confundida y me cuesta aceptarlo, me cuesta entenderlo. No sé qué hacer.
    No tengo muchos lugares a donde ir. A veces voy a la libreria y quiero hacerme amigo de quienes trabajan allí: una chica y un chico. Los dos parecen ser pareja, pero en realidad no sé si es así. Cuando voy a comprar libros, casi siempre me atiende ella, debe ser por el horario. Me saluda amablemente, pero no sé si querrá ser mi amiga o si es solo eso que hacen los comerciantes. Cuando está el chico me siento extraño, no me reconoce, casi nunca está trabajando cuando yo aparezco. Suelo imaginármelos sentados alrededor de una mesa, la mesa de su propia casa. Del otro lado estoy yo y los tres hablamos de libros y de películas. Pero nunca sé qué decir, tal vez, si supiera, tampoco diría nada, pues me da mucha vergüenza hablar.
    Voy a seguir buscando lo que ella busca, "Yo busco", y, si encuentro algo, lo haré decididamente. Pero antes que eso, tengo algunos asuntos que arreglar, pues hay personas y situaciones que me consumen, que me enferman más de lo que estoy desde que comencé a escuchar gritos histéricos de personas más enfermas que yo, las que me enfermaron.

    Ellos dos deben pagar, me las tienen que pagar. Si me veo en el espejo y me encuentro parecido a alguno de ellos dos, entonces me da tristeza, no quiero y eso me hace sufrir. Lo irreparable, existe, irremediablemente, lo irreparable. Entonces fumo, pues me siento muy triste. Siempre se me da por fumar, no quiero hablar, cada vez hablo menos; y fumo, fumo y fumo. Pero no quiero ir con un psicólogo ¿Qué clase de semi Dios sería si fuera a ver a un psicólogo? Que vayan los mortales, que entre ellos se entienden y se lastiman y tienen pase libre para humillarse. Yo solo quiero un cuarto cerrado y pasarme la vida con ella, tal vez logremos encontrar eso que ahora los dos buscamos. 

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