Después de sus piernas sirvientes estaba la cruz de su sexo, allí por donde nací
La besaría o la mataría, madre, puta y cruz
Me han llamado Cristo, pero tengo la carne roja
¡Yo soy el Diablo!, el hijo, el destructor, el maldito
En la eternidad los ciegos me amarán como al hijo de un Dios de amor, mas dios no es nada... Yo lo he escrito todo.
Y cada vez que te arrodilles, para rezar bajo mi cruz, esa cruz será mi sexo y tu dolor mi goce más puro
Pues Asmodeo soy yo, a quien tu rezas, ante quien te desnudas, el asesino de la hembra madre, perra de Dios, degollada de ni ganado.
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