Mi corazón desciende, creo que se ha quebrado mi cuerpo
Estoy andando sin un rumbo, tan solo veo, paloma, tu dulce y calmado vuelo.
En los ojos carbón, en el alma un desvelo. Sentimientos culpables ¡Maldita sea, he vuelto a hacerlo!
Y cuando nace el embrión, los pétalos mueren. Pobre del corazón aquel al que nunca nadie comprende.
Mis cigarrillos son efímeros, pero no más que los amores. No saber controlarlo es un desafío a mi mismo.
Antenas de techo, un cuarto húmedo, las sábanas rotas y los cuerpos desnudos rodando salvajes ¡Inmundicia de primavera! Los locos y los salvajes te adoran, yo a veces me vuelvo muy loco, yo a veces me voy de lo establecido y como carne, robo lo que puedo... Mi cuerpo agobiado no lo esta más que mi mente.
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