Mi copa estaba llena, Charles toma un trago y sube la apuesta. Del otro lado de la mesa estaba Franz, que miraba tranquilamente la jugada. Charles muestra su mano: dos reyes; en la mesa dos ass y dos reyes nos miraban. Era mi turno, yo no tenía nada, por suerte había apostado poco, en mi mano tenía una reina y un 8 de diamantes. Faltaba poner una carta, Franz y Charles iban a all in. Franz pone todas sus fichas en el centro, Charles hace lo mismo con la certeza de que Franz tan solo estaba faroleando... Sale el river, un ass.
- Bukowski - dijo Franz - siempre es lo mismo contigo.
Charles no sabía qué cartas tenía Franz en su mano.
-¡Vamos, tira! - reclamó exitado.
Franz lo mira fijo, ambos cruzan miradas... Las historias de vida se cruzaron como rayos de una tormenta. Los ojos de ambos estaban encendidos. Le dí un trago a mi copa de vino y encendí apaciblemente un cigarro, yo ya lo había perdido todo. Los dos hombres ya estaban esbozando una sonrisa ¿Quién ganaría? Le di otro trago a mi copa y la vacié, entonces me dispuse a servirles más vino a mis dos compañeros. En eso estaba cuando escuché la voz de Charles romper el silencio:
- ¡Así que no tenías nada!
- Tengo sueño, Bukowski... Hemos estado jugando por horas. Voy a recuperar mi dinero pronto...
Ambos rieron. Claro, ellos podían recuperarlo más pronto que yo.
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